Los hemos visto en televisión, en el cine y en algunos dibujos pero, si no estamos familiarizados con la realidad del campo o jardines de gran tamaño, es algo difícil conocer un tractor en vivo y en directo.
Los primeros tractores datan de 1890 y eran a vapor, se utilizaban para arar a la ida y a la vuelta mediante un cable entre ambos. Actualmente son vehículos autopropulsados que se usan para arrastrar remolques o cualquier maquinaria o carga pesada que se necesite usar en el campo o jardín. La mayoría de ellos se utilizan en agricultura, otros en la construcción y también para el mantenimiento de espacios verdes.
Su principal característica es que se adhieren bastante bien al terreno y han permitido reducir la mano de obra empleada en el trabajo agrícola y mecanizar algunos procesos que eran llevados a cabo por animales en la antigüedad.
Las partes de un tractor
Un tractor se compone de varias partes y acá te mostraremos algunas:
-Chasis. Es la parte del vehículo que sujeta los componentes mecánicos; la suspensión de las ruedas y el grupo motopropulsor.
-Motor. Es el sistema que pone en funcionamiento al tractor.
– Transmisión. Esta parte incluye la caja de cambios, el embrague, el diferencial, ruedas, palieres o tomas de fuerza.
– Polea. Es una máquina que se utiliza para darle fuerza al tractor.
– Dirección. Es la que permite manejar el tractor de un lugar a otro.
-Frenos. Al igual que en cualquier vehículo, se usa para poder parar la máquina cuando sea necesario.
Los tractores agrícolas cuentan con uno o varios sistemas para usar aperos, sin embargo, el habitual está en la parte trasera y tiene tres brazos donde es posible acoplar un arado, una picadora, segadora, abonadora o cualquier otra máquina agrícola.
En la actualidad, la mayoría de los tractores cuentan con un sistema paralelo hidráulico con el elevador para poder abastecer un caudal de aceites a los aperos.