En plena época invernal se hace más necesario que nunca el adoptar mayores precauciones para conducir en la carretera. Más aún si bajo tu control tienes un camión, o cualquier tipo de vehículo pesado. Los escenarios, a raíz de las condiciones climáticas, se hacen más adversos, por lo que cualquier mala pasada podría tener consecuencias insospechadas. Por este motivo, ten en consideración las siguientes recomendaciones, bastante útiles para los días de lluvia.
Ten siempre presente que una de las primeras dificultades que se presenta en la ruta, es la reducción de visibilidad. Este aprieto se hace mucho más intenso cuando precipita y se conjugan múltiples factores que inciden en este efecto: las llamadas “nubes negras” que oscurecen todo de un momento a otro; la misma lluvia que reduce la capacidad del conductor para operar de manera correcta el camión; o el agua que, al golpear en el pavimento, se devuelve al parabrisas, dificultando más aún la visión del camino.
Ante este contexto, lo mejor es aumentar al doble la distancia de seguridad con el vehículo que llevamos delante. Esto principalmente porque el tramo de frenado en condiciones normales, se amplifica notoriamente con el pavimento mojado y con el bajo dominio que se tiene de la máquina pesada.
Otros elementos
Otra consecuencia de las lluvias tiene relación con la modificación en la percepción que se tiene del horizonte, lo que a la larga genera un cansancio de los ojos más rápido. La concentración es otro elemento que se ve perjudicada, por lo que no es un mal consejo aumentar el número de detenciones (éstas debieran ser, en promedio, cada dos horas).
Asimismo, es indispensable intentar no viajar detrás de otro vehículo, sobre todo si son del mismo tamaño, ya que con el tamaño de sus neumáticos proyectarán una mayor cantidad de agua hacia su parabrisas y generará mucha turbulencia reduciendo aún más su campo visual.